¿Nos podemos fiar de nuestra memoria?


¿NOS PODEMOS FIAR DE NUESTRA MEMORIA?

La memoria es la capacidad de codificar, almacenar y recuperar información del pasado. Ésta no permite vivir con una identidad aunque es el sistema cognitivo más falso que tenemos. Al contrario de lo que la mayoría de las personas pensamos, no almacenamos la información tal y como la vivimos.



Nuestra memoria trabaja con las ideas principales de lo que percibe, es decir, aquello que considera importante, de manera que no recuerda la realidad tal y como es. Los detalles se eliminan, quedando así un recuerdo incompleto de la experiencia. Por ejemplo, cuando hemos ido a una fiesta recordamos cosas como quién nos invitó o qué amigos habían ido. Sin embargo, datos como el tipo de música que había, si hacía frío o calor, con cuántas personas hablamos etc., no las recordamos de una manera tan clara e incluso muchas veces no llegamos a recordarlas.



Por otra parte, nuestra memoria es constructiva pues tras haber almacenado las ideas principales nuestro cerebro intenta encontrar una coherencia en la historia para rememorarla. Para ello rellena los huecos que hay entre esas ideas clave con deducciones e inferencias a partir de nuestro conocimiento previo y experiencias. Nosotros no recordamos, construimos recuerdos, una y otra vez y por ello nuestra memoria tiene fallos. En estos casos se muestra que nuestra memoria rellena un recuerdo con información falsa.



Este es conocido como falso recuerdo, es decir, una distorsión de un recuerdo verdadero  que puede darse también cuando ni si quiera partimos de unas ideas principales previas y directamente creamos un recuerdo a partir de una experiencia no vivida realmente. Esto nos lleva a la conclusión de que no todo lo que recordamos es cierto y en mayor o menor medida nuestros recuerdos tienen algo de inventado



Además de este tipo de recuerdos, nuestra memoria tiene otros fallos como cuando reescribe nuestros recuerdos más emocionales, de tal manera que, en ellos, tengamos un papel protagonista con el fin de mejorar el estado de ánimo y cambiar la percepción que tenemos de nosotros mismos.



Todo esto concluye en que no percibimos la realidad tal y como es y hay fallos de memoria que provocan que modifiquemos nuestros recuerdos. Por lo que un recuerdo nunca será una representación perfecta de una experiencia y siempre estará algo modificado debido a la propia construcción de nuestra memoria. Existiendo así los falsos recuerdos y los fallos de memoria que nos indican que la memoria no es completamente fiable.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Conocer todo, algo o nada